o más bien la presiento.
Una lluvia de álfileres que va de tí a mí,
a través de los cristales oscuros.
Y es cierto,
tú voz me lo comfirma segundos más tarde
rompiendo la barrera infranqueable de tus lentes:
Me miras. Me hablas.
Me siento hormiga, gusano, lenteja,
diminuto ante los enormes cristales negros,
ante una mirada impenetrable de insecto
que refleja mi perplejidad alucinada,
incapaz de comprender tu voz.
No repites lo que quiera que hayas dicho
permaneces atrincherada tras tus enormes gafas,
observándome,
pensando, seguro, que soy imbécil.
Los segundos de la tarde se inflaman en silencio.
Con ademán lento acercas tu mano de modelo a la montura,
y la subes por un instante mientras repites tu pregunta
como si la barrera de mi entendimiento
tuviera algo que ver con la de tus ojos.
Sigo mudo, atrapado en el aleteo de tu mirada,
Mariposa
7 comentarios:
Miradas que nos hacen sentir 'lentejas' sí...
Que obran el prodigio de despojarnos de nuestra capacidad de entendimiento..
En esas situaciones, cual lentejas, perdemos la capacidad del habla y nos quedamos planos, despojados del movimiento y en una dimensión unidimensional de la que solo es capaz de sacarnos otra de esas miradas ;)
Bravo por tus palabras que inspiran, mi querida amiga ;)
besos
"como si la barrera de mi entendimiento
tuviera algo que ver con la de tus ojos"
Creo que dices lo mismo que yo quiero decir, quise decir y no puede, no puedo...
he llegado aqui por medio del blog de toro salvaje, muy lindo tu espacio!
Ari...
Si.
Hay miradas prodigiosas que mandan.
Sin saber cómo ni porqué.
Ante ellas solo queda capitular.
Besos.
Tengo una colección de gafas antimiradas desas...
(Está muy dura la calle).
Me encantó, Ari!
Besito!
"Los segundos de la tarde se inflaman en silencio" ... ¡¡¡Me pone tu forma de escribir!!! Muy bueno ;)
Hay miradas que pueden dominar nuestro instinto. Hay miradas que tienen esa facultad.
Me ha gustado mucho, Ariadna.
Un abrazo grande.
los juegos del poder...
pienso en las estrategias, en las mallas del mudo
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