viernes, 20 de marzo de 2009

Esperanza

Hoy he visto a una pareja en el metro. Estaban al pie de una escalera mecánica despidiendose antes de separarse. Él hacía el cambio a la línea 6. Ella se iba hacia la calle. Parecían extranjeros, puede que rumanos o de algún país del este. Estaban muy juntos y se hablaban en voz baja, con emoción contenida. Él alto y con rostro rojizo. Las manos recias sosteniendo las de ella, pequeñas y encallecidas. El rostro aún hermoso pero surcado ya por muchas líneas. Tras un beso rápido ha tomado la escalera hacia la salida. Yo he subido tras ella, mientras él se ha quedado detenido en el rellano de la escalera, viendo como ella se alejaba. A mitad de escalera ella se ha girado y le ha dedicado una sonrisa maravillosa. Una sonrisa que la ha iluminado toda entera y la ha rejuvenecido veinte años.

Yo he hundido la cabeza en mi libro, avergonzada de ser espía de aquel momento de felicidad ajena.


No he podido evitar sonreir.
Es genial cuando en un día negro te acabas reconciliando con la vida

8 comentarios:

Maximus dijo...

Pobres... a mí me dan penilla. No puedo con las despedidas, aunque sean de otros.

Clark Kent dijo...

Bello. Yo tiendo a espiar a las parejas con una mirada psicópata. Algunas son lo peor, otras como ésta merecen un aplauso.

isis de la noche dijo...

Guao... qué bello post...

En realidad, esos instantes son pequeños milagros cotidianos.. Solo un corazón atento puede captarlos ;)

qué bello realmente..

un abrazo..

Clark Kent dijo...

Me ha gustado eso de "un corazón atento" que dice isis de la noche, ¡me encanta! Espero robar esta expresión y usarla como propia sin pagar derechos en un futuro.

Oye, ¿has visto algo más en el metro? Cuenta.

El mejor profeta del futuro es el pasado dijo...

Me considero espía de lo cotidiano también y me encanta. Es como ser un mero espectador de la relidad que nos rodea... de hecho ya lo somos, pero en una mayoría de los casos estamos ausentes, ajenos a la vida que pasa ante nuestros ojos. Lo bello y lo hermoso, la violencia y la decrepitud, la luz y la oscuridad de nuestras almas...

La Gata Insomne dijo...

ojaá todos pudieramos avergonzarnos de espiar la elicidad para alumbrarnos

tu ama es siempre clara amiga

Flores de su pena dijo...

No todas las personas son capaces de percibir la maravilla, y mucho menos en lo cotidiano, en un lugar tan público como los es el metro.
Llénate de eso, que al fin y al cabo, es la vida.
Saludos.

I. Robledo dijo...

A veces pasan estas cosas...

Yo lo dijo alguien: "El hombre es un lobo... pero es capaz de besar..."

Un abrazo, amiga