sábado, 8 de diciembre de 2007

Paraguas


No sé utilizar paraguas por eso cuando las gotas de lluvia empezaron a dejar un cerco oscuro en la chaqueta de Luis, mi primer instinto fue el de correr. “¿Llevas paraguas?” Y yo contesté que no, pero el maldito paraguas estaba allí delator y evidente, colgado de mi brazo. Lo abrí con torpeza y mi cuerpo adquirió la misma actitud envarada de su estructura, cuando Luis se me aproximó. Situé el paraguas en medio, delimitando claramente el espacio que nos correspondía a cada uno, debajo de la tela irisada. Así recorrimos unos metros, yo con el antebrazo retirado del cuerpo evitando el menor contacto con el cuerpo de Luis, Luis luchando por evitar los golpes que yo le iba dando en la cabeza con su estructura. “¿No prefieres que lo lleve yo?” Dijo Luis quitándome el paraguas de las manos, sin esperar respuesta. “Anda ven aquí” Tomó con soltura la empuñadura del paraguas con la mano derecha y la izquierda la situó en mi espalda a la altura de mi cintura, rodeándome levemente con su brazo. Yo notaba el calor de aquella mano a través del paño del abrigo y por primera vez mi cintura hasta entonces camuflada por varios kilos de grasa, me pareció, leve, brevísima, de avispa, bajo la presión de aquella palma masculina.
Luis estaba hablando de alguien de la oficina, uno de los vejestorios de compras, no sé... sus palabras llegaban amortiguadas a mis oídos y me daba igual, no quería escucharlas, solo quería disfrutar de aquel tacto físico y real, de aquella calidez que nacía en mi espalda e irradiaba todos los rincones de mi cuerpo. Recordé el día que apareció en la oficina con zapatos viejos pero recién betunados y una sonrisa capaz de derretir el hielo. Tardamos dos meses en cruzar una palabra.
Tenía que haber tenido más cuidado pero como ya he dicho, no sé utilizar paraguas así que cuando llegamos al restaurante Luis ya me había calado hasta los huesos

7 comentarios:

Santiago dijo...

Son esos momentos que se gravan en la memoria como si fuesen marcados con fuego ardiente. Lindos y eternos, pero etereos a la vez...

Que pases buen fin de semana!!

silencio dijo...

Mi niña, te mando muchos besos, espero que estés bien. Un abrazo enorme!

La Gata Insomne dijo...

Hola pajarita sin cola...
etiqueta: ficción........ jajajaja permíteme que me ría

cada vez escribes mejor, no sé si porque sí, por Luis??? o por los talleres

que guay!!!!

besos

Pedro Estudillo dijo...

Bonito relato. Por tu bien espero que esté basado en hechos reales. Si es así, enhorabuena, si no, sigue inventando relatos, que se te dan muy bien.
Un abrazo.

malatesta dijo...

Con permiso. Venía a devolver tu amable visita, y me he entretenido hojeando algunos de tus relatos.
Sin duda he de volver otro día con más tiempo.
Respecto a este último, déjame responder por tí a Pedro. Todos los relatos jamás escritos son en parte ficción y en parte están basados en las vivencias del autor. Lo que ocurre es que el porcentaje de cada uno en la mezcla no siempre es el mismo. ¿Me equivoco?
Por cierto, me ha picado la curiosidad el sector que has puesto en tu perfil. Poco habitual en estos tiempos.
Un saludo.

Alejandra dijo...

Ahhhh ficción... jajajaja =) Enorme por un momento hasta mi corazón latia con fuerza por Luis....


Besos estaré por aqui husmeando.

Lena yau dijo...

mmmmmmmmmm....

yo quiero que me pase eso....

pude sentir el sustito!

que buen texto!

Me acordé de ti este viernes qe estuve en Fuentetaja....