jueves, 26 de abril de 2007

La dama del alba

Peregrina: Para tus hermanas ya no eres más que una palabra ¿Crees que te conocerían siquiera? Cuatro años son muchos en la vida de un niño. Piénsalo, Angélica. Una vez destrozaste tu casa al irte, ¿Quieres destrozarla otra vez al volver?
Angélica: ¿Adónde puedo ir, si no?...
Peregrina: A salvar valientemente lo único que te queda; el recuerdo.
Angélica: ¿Para qué, si es una imagen falsa?
Peregrina: ¿Que importa, si es hermosa? La belleza es la otra forma de la verdad.
Angélica: ¿Cómo puedo salvarla?
Peregrina: Yo te enseñaré el camino. Ven conmigo y mañana el pueblo tendrá su leyenda


La dama del alba, Alejandro Casona

Aún te escucho, revestida de Angélica. Llena de miedos, de proyectos, abrazando lo que más amabamos de la vida y que sólo la literatura nos sabía dar.

Fuiste valiente y seguiste el hilo. Yo pobre Ariadna, sigo siendo agente secreto en el ministerio del petróleo de día y torpe amante de papel por las noches

Tus pasos aún resuenan en un teatro de colegio, yo aún huelo el olor de la pintura del reloj.

¿Te acuerdas?

6 comentarios:

Catalina dijo...

Que bello!

MentesSueltas dijo...

Hermoso texto para releer. Dejo un abrazo desde Buenos Aires.

MentesSueltas

silencio dijo...

Recuerdo las horas en el teatro del colegio, recuerdo la intensidad, lo que significaba hacer lo que hacíamos. Me acuerdo de ti, una amiga hallada de repente, compañera y cómplice. La peregrina. Las dos somos peregrinas, tú encontraste un hilo nada torpe, una veracidad en la cosas que vives. Y yo el mío, aunque no estoy muy segura de dónde me lleva.

Me emociono leyéndote, recordando el texto, fue tan importante para mi! veo que también para ti. Mil gracias, gracias de verdad por acordarte de nosotras, tan pequeñas y con tanta fuerza. La vida es un misterio. Hoy me has hecho un regalo.

La Gata Insomne dijo...

Yo venía a decirte que claro que tenía que acordarse y mira, qué belleza!!!!!!

Me encantó el post, el estracto y luego tus memorias!!!
Y tú eres una valiente Ariadna, que teje un hilo muy fino.

Andrés dijo...

Dice Borges, mi querida Ariadna, que las puertas del laberinto son infinitas. Aunque Asterión dice que son catorce... "pero sobran motivos para inferir que, en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos".

Muchas veces la spuertas que nos sacan del desamor son las mismas que nos meten en él.

Y siguiendo con el gran ciego... "cualquier lugar es otro lugar".

Te beso

A.-

Insomne dijo...

Demasiado triste para ser verdad,
demasiado bello para ser incierto.


Gracias por tu labor hermanita