Noche de San Juan.
Volvemos a lo primitivo, volvemos al fuego. A juntarnos en corro en torno a una hoguera, a compartir los alimentos y contar historias que alimenten el alma. Como hicieron nuestros padres, como hizo el mono con el que compartimos aún casi todos los genes y siento que no hemos cambiado nada que el mono y yo y tú, seguimos queriendo lo mismo seguridad, calor, saciar nuestro apetitos, aplacar los instintos que nos agitan por dentro, fundirnos con la manada.
Y siento absurdos los mecanismos complejos de mi día a día y el mundo se vuelve un lugar que no entiendo poblado de caminos retorcidos de vuelta...
Cuando todo podría ser tan fácil
Volver a la tierra, al agua, al fuego.
Al aire, siempre.
6 comentarios:
totalmente deacuerdo... ojalá fuera tan sencillo!!!
Volvamos a esa vida primigenia, ánimos silvestres y sentimientos sin nombre. Saltando el fuego y cantando a la noche de los tiempos.
Si pero el ser humano tiene también además de esos deseos de infinitud, de permanecia, sueños, inquietudes que son las que nos atormentan el alma.. ay.. si aún tuviésemos la inocencia de los animales¡¡
Mágica noche...todo podría ser tan sencillo y lo hacemos tan complicado...
Estoy con Ico, nuestro mayor problema es que necesitamos esperanza. Ojala...
Siempre al aire...
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