"Mais. . .chanter,
Rever, rire, passer, etre seul, etre libre,
Avoir l'oeil qui regarde bien, la voix qui vibre,
Mettre, quand il vous plait, son feutre de travers,
Pour un oui, pour un non, se battre, ou faire un vers! "
Las versos de Rostand flotan a mi alrededor siempre que estoy en París, eso y una melodía suave, probablemente de Edith Piaf ,pero que no soy capaz de recordar. Esta es la ciudad más bella del mundo, al menos para mí que la miro con los ojos empañados de nostalgia. París es la promesa, es la esperanza de qué todo es posible, es el recuerdo de ser felices y deliciosamente tontos. Es amarlo todo: el frío, el aire, el RER, la CAF, las peniches, los museos, faire la fête, los blancos, George Sand, los negros, Piazzola, la mef, la promenade, la pelousse y hasta la comida del Crouss. Es ser pobres y estudiantes y atrozmente dichosos. Ya lo dijo Hemingway: "París era una fiesta" y hoy lo sigue siendo, pero una fiesta en la que yo ya no estoy, ahora solo me queda mirar con desconsuelo tras los cristales.
5 comentarios:
Siempre se puede volver
Uy, qué de recuerdos (gracias por acercármelos).
Habrá que volver por París.
La ciudad más bella del mundo. Sin duda. Besos.
Me rompe el alma tu desconsuelo...
Trata de imaginar que Madrid es lindo!
besos
yo quiero volver a Paris
para luego extrañarlo como tú
besos
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