Yo centraba mi defensa en los miembros inferiores, cuando recibí el ataque en la cabeza. Una lluvia fina me penetró por los ojos sembrando mi cráneo de diminutos guerreros que al unísono coreaban tu nombre. La batalla de la cabeza fue inútil lucharla, antes de empezar ya era una guerra perdida. Mientras, tus batallones ya se habían hecho con mi cintura. Su paso por el pubis fue desolador: no hubo piedad y arrasaron con fuego y rosas hasta los últimos rincones.
La plaga ya era imparable y desesperada decidí apelar a tu benevolencia. Pero fue inútil, eras implacable. Tomaste de rehén mi corazón y me diste el ultimátum: "Ríndete" y mis labios murmuraron: "Jamás" mientras volaban a tu encuentro.
Algunas cosas existen aunque no se vean. Hazlas aparecer
3 comentarios:
Jaja, genial. Creo que yo tenía una pista.
Un beso enorme!!
¿ficcion? ¿porque ficcion? ;)
Un besote hermanita
yo quiero
quiero
un poco
de ese virus!!!
genial!!!!!
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